¿Qué son las computadoras?
Aunque nos hemos acostumbrado a trabajar con ellas, muchos
nos ponemos en un aprieto cuando se nos
pide que expliquemos qué es una computadora. Es importante partir de una
definición básica, que marca el principio de su utilidad. UNA COMPUTADORA ES UNA HERRAMIENTA. En este caso, claro, se trata
de una herramienta sumamente versátil. La función principal de esta herramienta
es procesar información. Tener esto en mente nos permitirá reconocer que una
computadora no soluciona nuestras necesidades, ni hace cosas milagrosas, ni es “más inteligente” que los seres humanos,
sino que nos permite realizar tareas complejas solicitadas por las personas, de
manera más ágil, precisa y eficaz.
En un principio, esa capacidad de procesar información
estaba orientada a grandes bases de datos o a cálculos científicos. Hoy en día,
procesar información tiene un sentido más amplio, y podemos decir que estamos
procesando información en muchas tareas más:
- - Cuando almacenamos o solicitamos información
sobre nuestros contactos.
- - Cuando jugamos un videojuego.
- - Cuando nos comunicamos por chat con un amigo.
- - Cuando realizamos fórmulas con una hoja de
cálculo.
- - Cuando escribimos una carta.
- - Etc.
En todas estas ocasiones estamos realizando un proceso de
información a través de una computadora. Básicamente, una computadora realiza
dos tipos principales de operaciones: matemáticas
y lógicas. Cuando hablamos de operaciones matemáticas no nos cuesta
entender que estamos frente a una gran calculadora. De hecho, una computadora
puede realizar operaciones matemáticas más complejas que otros instrumentos
(incluso una calculadora), si contamos con la información apropiada. Pero, ¿a
qué nos referimos con operaciones lógicas? Tiene que ver con la capacidad de
decidir el mejor camino para llegar a una conclusión. ¿Significa esto que una
computadora es inteligente? No necesariamente, sino que una vez más es importante
recordar (y lo veremos más adelante) que la computadora es una herramienta a
nuestro servicio, por lo tanto, cuando la computadora “decide” una opción lo hace a partir de la información previamente
recibida por el usuario, es decir, nosotros. Aunque muchas operaciones lógicas
están reservadas a un nivel de funcionamiento interno de la computadora, en
ocasiones nos referimos a la posibilidad de escoger opciones en base a
condiciones que se cumplen, es decir “Si se cumple un evento, tomo un camino
A, en caso contrario tomo el camino B”.
Breve historia de las
computadoras modernas.
El ser humano comenzó
a usar herramientas para distintos tipos de trabajo desde tiempos muy remotos. En
cuanto a la información, ocurrió igual. Y también cuando se enfrentó a la
necesidad de calcular. Así, se estima que el ábaco se presentó en la historia como una de las primeras
herramientas para calcular, tanto atrás en el tiempo que no se ha podido
definir con exactitud su aparición.
Ahora bien, la historia moderna de las computadoras se
remonta a la época de la revolución industrial. En 1833, un profesor de
matemáticas de Inglaterra, Charles
Babbage, ideó una máquina analítica
y se embarcó en su construcción, contando incluso con la ayuda económica de la
misma Reina. Esa máquina estaba basada en algunos principios que incluso se han
aplicado a las modernas computadoras, y hasta se manejó la posibilidad de
programar procesos. Mediante esta máquina se podría resolver complejas
ecuaciones. Lamentablemente, no pudo ser fabricada y para Babbage todo quedó en un sueño. Dado que no contaba con elementos
necesarios para su fabricación, por ser un aparato exclusivamente mecánico, la
empresa no llegó a completarse. Pero dejó un importante precedente en la
historia.
Se atribuye a Howard
Aiken, quien trabajaba en la universidad de Massachussets, el mérito de la
fabricación de una computadora, a la que se denominó Hardvard Mark I, en 1944. Para
1949 la legendaria ENIAC (Electronic Numerical Integrator and
Calculator) se posicionó como uno de los primeros computadores funcionales
de uso general. Ocupaba una superficie de 167 m² y operaba con casi 18.000 válvulas electrónicas (también denominados
tubos de vacío), las cuales generaban mucho calor y eran propensas a romperse
con facilidad. Por supuesto, su capacidad de cálculo era limitadísima si lo
comparamos con las computadoras de la actualidad, aunque eran un “milagro”
tecnológico para la época. Otras desventajas eran su impresionante tamaño (se
necesitaba un edificio para su alojamiento), sus costos de mantenimiento y
operación, y además eran máquinas complejas, que necesitaban muchos operarios
para hacerlas funcionar, además de requerirse conocimientos avanzados para
operarla. Aun así, la carrera hacia las computadoras modernas comenzaba.
La electrónica jugó un
papel importantísimo en el desarrollo de las computadoras. Los tubos de vacío que mencionamos, y en
cuyo funcionamiento se basaban las primeras grandes computadoras dieron paso al
transistor, que ocupaba menos
espacio, tenía una vida útil más prolongada, era más rápido y generaba menos
calor. Estos se difundieron en la década de 1950, y permitieron el desarrollo
de computadoras un poco más compactas, rápidas y económicas. De hecho, las
computadoras comenzaron a fabricarse en serie, aunque dedicadas solamente a
grandes instituciones y oficinas gubernamentales, dado lo complejo de su
operación, tamaño y costos. En esta época aparecen dispositivos tan importantes
como el disco duro (el primero en construirse, en 1956, pesaba una tonelada y
solo almacenaba 5MB).
Luego aparecieron los
circuitos integrados, lo que condujo
a la aparición del microchip en
1971. Por fin nos encontramos ante la
posibilidad de reducir en forma notoria el tamaño de las computadoras, y el
coste de los elementos necesarios para su construcción. De hecho, este gran
avance permitió que en 1981 ocurriera algo muy importante: la aparición de la computadora personal, como las
conocemos hoy en día. Es oportuno reconocer que antes de esa fecha ya existían
computadoras orientadas al uso personal, mediante algunos intentos de Xerox y principalmente por parte de Apple, con su Apple II. Pero en el caso de IBM PC entramos en la década de 1980
con un gran salto que permite que las computadoras se posicionen como una herramienta
más accesible, versátil y personal.
En la actualidad nos encontramos en un proceso continuo de
perfeccionamiento de tecnologías, lo que ha permitido que las computadoras ya
se encuentren en manos de usuarios domésticos. También nos encontramos ante
dispositivos mucho más reducidos a aquellas grandes máquinas de mediados del
siglo XX, pero con un poder de cálculo enorme.
Clasificación de
computadoras.
Según sus aplicaciones, podemos clasificar las computadoras
en distintas categorías. Veamos los tipos principales:
- Super
computadoras: son las computadoras más potentes, de grandes dimensiones. Disponen
de cientos de procesadores trabajando en conjunto, para ofrecer un poder de
cálculo aplicable a agencias aeroespaciales, meteorológicas, etc.
- Mainframes:
similares a las anteriores, su principal objetivo es gestionar grandes bases de
datos, y hacerlas disponibles a múltiples usuarios en forma rápida.
- Minicomputadoras:
son equipos más pequeños, con 2 o más procesadores, los cuales funcionan
generalmente como servidores de datos en redes pequeñas y medianas empresas.
- Computadoras
personales: son las computadoras que estamos acostumbrados a usar en casa,
en clase, etc. Están basadas en el uso de un procesador, aunque existen modelos
basados en dos procesadores. Los modelos actuales se basan en arquitecturas de
32 o 64 bits. Más adelante veremos más de este tipo.
- PDA y
computadoras de bolsillo: son dispositivos principalmente orientados a la
planificación personal. De muy reducidas dimensiones. En la actualidad tienen
capacidad de funcionamiento muy similar a la de una computadora personal, con
la posibilidad de instalar programas y realizar operaciones de la misma manera
que en un equipo de sobremesa.
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